Nuestro piloto automático

Panel for Altitude Alert; croped from :Image:B...
Image via Wikipedia

– ¡Hola! ¿Cómo estás? – Bien, ¿y tú? – Bien también.

¿Cuántas veces hemos dicho o escuchado estas palabras? Yo creo que muchas, cada día, y con diferentes personas. Ahora, pensemos un poco. ¿Cuántas de aquellas veces hemos mentido, o nos han mentido con la respuesta simplemente porque no hubo pensamiento previo?

Pensando un poco, decidí escribir acerca de esta situación bastante común en nuestra vida «moderna»: el piloto automático.

Primero. ¿Qué es el piloto automático? Wikipedia nos dice que es un sistema para guiar un vehículo sin ayuda del ser humano. Si forzamos el concepto para aplicarlo a la vida del ser humano, podemos decir que se trata cuando alguien actúa, dice, o hace cosas sin pensar. Casi como por instinto.

En nuestra naturaleza, podemos ver que hay muchas cosas automáticas. Nuestros reflejos son un fiel ejemplo de lo que digo. Hace sólo unos días caía sobre mí un trozo de madera que seguramente rompería mi cabeza, estando yo de espaldas a él, en milésimas de segundo me di vuelta y puse mi mano para detenerlo antes de siquiera darme cuenta de lo que sucedía, y sin que nadie se diera cuenta tampoco para darme aviso. Instinto y reflejos.

Ahora, vamos a un ejemplo negativo de nuestras conductas automáticas: actuar sin pensar. Al principio de la entrada puse el ejemplo más cotidiano, y que observo día tras día, una y otra vez: el saludo y el «como estás». Todo el mundo siempre está bien la primera vez que le preguntas, y tan sólo si preguntas más de una vez podrías recién saber el estado real de la persona. Aunque, el silencio y el shock es evidente cuando alguien responde «Estoy mal», inesperado e incómodo.

Tantas son las veces que actuamos sin pensar, que si tiempo después viene alguien y nos confirma lo que hemos dicho, quedamos con una sensación de incomodidad y recién pensamos si era realmente eso lo que queríamos decir. Sobretodo sucede cuando ha sido un compromiso el adquirido, con palabras rápidas y sin mayor pensamiento, que cuando se llega a confirmar, no sabemos qué hacer para retractarnos cortésmente.

Como en cada entrada de este blog, hay algo a lo que quiero llegar, o una reflexión poder dejar en cada amable lector. En este caso, a pensar un poquito antes de hablar y/o actuar.

Todos en la vida cometemos errores, es cierto, incluso nos ayudan a crecer y a aprender valiosas lecciones, pero arrepentirnos es un error mucho peor, y triste, ya que implica que se tomó una decisión, o se hizo algo que no era lo mejor y el resultado no satisface.

La gran mayoría de quienes siguen sus instintos para vivir, reconocen haberse equivocado mucho y haberse arrepentido bastante (fuente: mi experiencia, y basta con preguntar o  buscar en internet relatos acerca de esto). Y por otro lado, las personas más exitosas son aquellas que tienen un equilibrio entre lo instintivo y automático, con lo reflexivo y planificado. Todo extremo es malo.

Invito a todo lector que ha pasado por esta entrada, a que se mire a sí mismo y descubra cuál es su modus operandi en la vida real. ¿Predomina el piloto automático en nuestro actuar frente a los demás? ¿o nos damos el tiempo de pensar y decidir con algo más que instinto?

¿Seguir la corriente o tener decisiones propias?

 

Gracias por leer. Y más gracias por comentar.

Reblog this post [with Zemanta]

¿Necesitas fotografía, diseño o desarrollo web? Contáctame.